Con la ilusión de encentar el 2014, regresamos repletos de ganas y con el tintero rebosante de palabras pero, antes que nada, ¡feliz año nuevo para todos los seguidores ensaladeros!
¿Ya habéis intuido el significado del primer vocablo del año, verdad? Este sonoro término es otra palabra del abuelo -como galbana, cancamusa o besana- que a nosotros siempre nos llamó la atención. Él la utiliza generalmente cuando hay que abrir un envase de comida precintado, por ejemplo encentar un paquete de galletas; pero también le daba otro uso sin relación alguna, cuando nos caíamos de la bici de niños y volvíamos con las rodillas llenas de heridas, encentadas.
Sospechábamos que era un vulgarismo o algún error de pronunciación pero nada más lejos de la realidad...
Para nuestra sorpresa, encentar queda recogida en el DRAE como una más y, además, con los significados exactos del abuelo. ¡Y nosotros dudando!
Su primera acepción es "comenzar, empezar" y la segunda "ulcerar, llagar, herir"; aún tiene una más: "disminuir, mordisquear, cortar".
Según se indica en su etimología, proviene de encetar, con epéntesis de la segunda n, por influencia de comenzar [encetar también figura en el diccionario, procedente del latín inceptāre, empezar].
¡Si piensas mal, no siempre acertarás! No dudéis del conocimiento de los mayores por muchos años que encentéis en vuestras vidas...
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