El otoño, con sus días nubosos, ha nublado últimamente la creatividad de los chefs de la Ensalada; sin embargo, las propias nubes han traído también la inspiración...
El título de la entrada de hoy os habrá parecido un déjà vu a los seguidores más fieles. ¡Tranquilos, no hay que llamar a los Tacañones porque no hay repetición! Es posible que os haya recordado a la poética isofena, pero ese baile de consonantes conlleva un nuevo significado que descubriremos a continuación.
Desde el francés isonèphe, y este de iso- y el griego νέφος, nube, hemos incorporado al castellano el término isonefa. De su origen se puede deducir fácilmente que la isonefa es la "curva para la representación cartográfica de los puntos
de la Tierra de igual nubosidad media durante un determinado intervalo
de tiempo".
Además, los apasionados a las etimologías habréis relacionado -con acierto- esa raíz griega con una de las palabras más bellas que han aparecido en esta bitácora: nefelibata.
¿Qué os ha parecido? En esta ocasión las nubes, fuente de inspiración de variadas figuras en el cielo, han servido también como musas para una nueva receta lingüística. ¡No dejéis que las nubes os nublen!
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