¡Superada la primera fase de las fiestas! Ya sea con caviar o con fuagrás, con jamón ibérico o con pollo trufado... lo importante es que hayáis pasado buenos ratos en buena compañía!! Y algún polvorón que otro sí habrá caído...
Ahí entra en juego el bonito y sonoro vocablo de hoy, ajonjolí.
Procede del árabe hispánico aǧǧulgulín, y este del árabe clásico ǧulǧulān, y alude a una especie vegetal: "planta herbácea, anual, de la familia de las Pedaliáceas, de un metro de altura, tallo recto, hojas pecioladas, serradas y casi triangulares, flores de corola acampanada, blanca o rósea, y fruto elipsoidal con cuatro cápsulas y muchas semillas amarillentas, muy menudas, oleaginosas y comestibles". La Real Academia recoge una definición profusa y técnica, realmente llamativa si la comparamos por ejemplo con la del ñu.
En una segunda acepción, también se le otorga esta denominación a la "simiente de esta planta", precisamente las semillas presentes en panes de hamburguesa, pastelitos como el baklava y hasta en los polvorones navideños.
Esta misma especie -el ajonjolí- quizá sea más conocida como sésamo (Sesamum indicum). ¿Os imagináis a Espinete viviendo en Barrio Ajonjolí?
Gritad "¡Ábrete ajonjolí!" al 2013 y esperad que se abra ante vuestros ojos un panorama repleto de tesoros, bienes y alegrías. ¡Feliz salida y entrada de año!
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