jueves, 7 de junio de 2012

MOJIGANGA

Hoy es el día del Corpus Christi, festividad religiosa que celebra la eucaristía. Pero la palabra a la que dedicamos esta entrada corresponde a la Octava del Corpus, que comienza mañana en nuestro querido Peñalsordo. De su vocabulario particular ya hemos conocido aquí términos como enjalbegar, trébedes o descoritarse, pero si hay una palabra representativa de nuestro pueblo y su cultura popular es mojiganga.

Un poco de introducción a esta pintoresca celebración popular. La festividad de la Octava del Corpus -de Interés Regional y Nacional- mezcla tradición, historia y leyenda, elementos religiosos y paganos, en recuerdo de la reconquista del castillo de Capilla por parte del general Cachafre y su ejército. En señal de agradecimiento, el general fundó la Hermandad de los Soldados del Santísimo Sacramento, que cada año conmemora aquel hecho histórico.
Tanto la víspera como el día de la Octava los cofrades, ataviados con coloridos trajes, junto a unos singulares protagonistas de la toma de la fortaleza -dos vaquillas, un abuelo, una abuela y su nieto Rafaelillo, hallados en su interior- recrearán momentos repletos de emoción y simbolismo, entre otros la comitiva de "soldados" preparados para el ataque con antorchas encendidas, el levantamiento de un castillo humano en honor del Santísimo o las satíricas mojigangas.

Desde luego. esto sólo son unas ligeras pinceladas sobre esta llamativa fiesta, tan entrañable para peñalsordeños y visitantes; si queréis ampliar información os recomendamos la web más completa sobre esta festividad, y aprovechamos para agradecer a su creador el gran trabajo realizado y su colaboración imprescindible en este post ¡¡Gracias Popi!!

Pero la cabra tira al monte y el ensaladero a las palabras, así que vayamos al grano!! El DRAE otorga a mojiganga varias acepciones festivas próximas:
  • Obrilla cómica muy breve en que se introducen figuras ridículas y extravagantes.
  • Acción burlona o lúdica.
  • Fiesta pública que se hacía con disfraces estrafalarios, especialmente en figuras de diablos o animales.
Y llegamos al meollo!! En el contexto de la fiesta se denomina mojigangas -'mojiangas' para los lugareños- a unos versos satíricos que recitan con sorna y picardía los propios cofrades, y que narran los acontecimientos más o menos jocosos ocurridos en el pueblo durante el último año. Sin duda, es uno de los momentos más esperados por los asistentes, que lo reciben con gran júbilo.

Y para muestra dos botones, de las mejores y más recordadas de los últimos tiempos:
En este presente año
traigo mucho que contar,
el caso de Marcelino
que le gusta mucho el vino
y el whisky con seven-up.
Todas las noches se jarta
y a las doce se va a dormir
y cuando el gallo le canta
dice que no se levanta,
que él no está para conducir.
"Levántate ya gandul
y ponte en la carretera;
son las siete menos cuarto,
si no te acostaras jarto
tenías que estar ya en Castuera".
Con legañas como el puño
Marcelino se levanta
y se pone a conducir
dormido como una manta.
Corriendo como una bala
sueña que es una avioneta
y camino de Garlitos
va de cuneta en cuneta.
A los mandos de su avión
las curvas las endereza
y al pasar por el badén
aterrizó la avioneta.
Ya vienen las ambulancias
con sirenas y con pitos,
se ha caído un autobús
por el badén de Garlitos.
Cuando llegan los civiles
al lugar del accidente
se encuentran a Marcelino
dormidito y sonriente.
Y al contar lo sucedido
para hacer el atestado
él explica cómo ha sido:
dice que no se ha dormido,
que es que no se ha despertado.
Cuando se enteró la suegra
bajaba como una fiera:
"Aunque enviude a mi hija,
a este malavasija
le quito la borrachera.
Este nos busca la ruina
a mi hija y a mis nietas;
o deja los cubalibres
o yo le rompo la jeta".
La Jero se echa a llorar
y le dice a Marcelino:
"Con lo bueno que tú eres
si no te gustara el vino...
¿Qué dirán cuando se enteren
los dueños del Lisetur,
que a la hora de conducir
tú no estás para distinguir
un avión de un autobús?
Seguro que te despiden
y, si te quitan el sueldo,
nos tendremos que apañar
con la paga de tus suegros".
En esto llegó mi padre
que en todos los mojes se encuentra
y le dijo a la Josefa
“¡Déjalo tú de mi cuenta!
Con cuatro o cinco millones
lo podemos arreglar;
le echamos un buen remiendo
y aquí no ha pasado na'".
Y su amigo el Vizcaíno,
que también le gusta el vino
pero con conocimiento,
le aconseja a Marcelino:
-"¡Que te sirva de escarmiento!"
-"Llevas razón, Vizcaíno,
ya no vuelvo a beber más,
y ahora para celebrarlo
nos vamos a emborrachar!!"
Señores ustedes perdonen
si me quieren perdonar
pero para conducir coches
si madrugas no trasnoches
y ni una copa de más.

Fernando Blanco (1994)
En la villa de Peñalsordo
siempre hay algo que contar
y para que no se escape nadie
al cura le va a tocar.
En este presente año
traigo algo que contar,
que el cura de nuestro pueblo
se nos ha podido matar.
A este pueblo, señores,
ha venido un cura nuevo
que lo mismo monta en moto
que después nos reza un credo.
A Don José Luis Iglesias
por montar en moto le ha dao',
¡Como si no tuviéramos bastante
con Julián y el Colorao!
Al taller de Cagarrutas
ha bajado a preguntar
a ver si tiene un coche
que se lo puedan dejar.
Y Gregorio le contesta:
“No te puedo prestar na'
pero si tienes mucha prisa
¡ahí tienes la moto de Julián!”
Se ha montado en la moto
caminito de Almadén
para empastarse una muela
que le trae a maltraer.
El amigo José Luis
iba la mar de contento:
"Con este aparato estoy
en Almadén en un momento".
Al pasar por casa de Pedro
iba como un torpedo
y del trastazo que dio
llegó hasta el invernadero.
Los que estaban trabajando
han salido muy asustados
“¿Qué será aquel aparato
que allí arriba ha aterrizado?”.
Y se fueron acercando
a ver lo que era aquello,
era la moto de Julián
y el cura enganchado al pescuezo.
Este Jacinto Jiménez,
como buen samaritano,
ha llamado al del manco
para que eche una mano.
Como pudieron entre todos
se lo quitaron de encima
y Don José Luis corría
lo mismo que un tranvía.
Cuando llegó al taller
iba el hombre muy asustado:
"¡Este par de satélites
me han podido haber matado!".
Con la reparación de la moto
le dijo Gregorio al cura:
“¡Tenías para haberte puesto
de oro la dentadura!”.
De la diócesis de Toledo
han llamado a Julián:
"No le dejes la moto
que curas ya no mandamos más".
Don José Luis, perdóname,
si me quieres perdonar,
pero aunque te duelan las muelas
no vayas a casa de Julián.

Emilio Muñoz (1992)
























































































Si os han entrado ganas de vivirlo en primera persona ya sabéis donde estamos, seréis bien recibidos! ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento!

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