Se nos escapa el verano, pero aún nos queda alguna sorprendente palabrita veraniega por ahí...
Nos la remite Laura, que ya nos descubrió los derrelictos marinos y vuelve a ganarse un espacio con otro término costero, propio de su tierra cántabra.
Raquero/a, de raque, tiene ni más ni menos que tres significados relacionados con las costas en el DRAE. El primero de ellos es específico para aquellos buques o embarcaciones pequeñas que van pirateando o robando por las costas. El segundo alude al "hombre que se ocupa en andar al raque [acto de recoger los objetos perdidos en las costas por algún naufragio o echazón]". Finalmente, también se denomina así al "ratero que hurta en puertos y costas". Sirve, por tanto, para los que recogen lo que no es suyo al descuido o lo que no tiene propietario por un descuido...
Al parecer, aunque la Real Academia no comenta nada al respecto, el vocablo de hoy tiene un uso localizado y concreto en Santander. En esta ciudad del norte de España se llamaba raqueros a los
los niños marginales que, durante el siglo XIX y principios del XX, se ganaban la vida en el muelle, pescando, sobreviviendo de pequeños hurtos y de sacar buceando las monedas que los pasajeros y
tripulantes de los barcos les tiraban al mar para divertirse; así lo ratifica su entrada en la Wikipedia y la existencia del monumento a los raqueros en el muelle santanderino.
¡Y aún queda un significado más no recogido por el lexicón académico! Raquero también es el nombre de un tipo de embarcación de vela ligera y diseño español que se suele emplear para aprender a navegar.
¡Va llegando el final de esta pícara travesía norteña! Hemos aprendido algo más de este océano de palabras y hemos conocido la simpática historia de estos piratillas. ¡Arriamos las velas!
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