Una nueva esdrújula cosechada en las fértiles orillas del Nilo y reflejada en la espectacular silueta de sus puestas de sol.
En realidad lo que se recorta en este perfil es un minarete o alminar, la torre de las mezquitas, por lo común elevada y poco
gruesa, desde cuya altura convoca el almuédano a los mahometanos en las
horas de oración.
¿Entonces qué es el almuédano que la propia Academia introduce en la anterior definición? Este término, procedente del árabe hispánico almuwáḏḏan, y este del árabe clásico mu'aḏḏin, se refiere al musulmán que desde el alminar convoca en voz alta al pueblo para que acuda a la oración. Algo similar al repique de campanas de las iglesias católicas.
También se le puede denominar almuecín, que tiene además la misma raíz etimológica pero con distinta evolución, desde el árabe clásico mu'aḏḏin pero pasando por el turco müezzin y por el francés muez[z]in.
Las tecnologías también han invadido el espacio de este sonido milenario; actualmente todos -o casi todos- los minaretes disponen de equipos de megafonía que emiten la llamada a la oración cinco veces al día. En cualquier caso, a pesar de haberse cambiado el método, el término y la tradición se han conservado y ambos sorprenden al que los escucha por primera vez.
A vosotros sólo os queda seguir acudiendo a la llamada del almuédano ensaladero para aportarnos nuevos descubrimientos lingüisticos, de otras culturas o de la nuestra.
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