Ya está aquí la nueva colaboración de Carlos Largo, que no deja de sorprendernos. Hoy, abriendo un campo muy prolífico en el que seguro que nos descubrirá más de una curiosidad; son los métodos de adivinación.
Hace pocas semanas realizábamos en Cuarto Milenio un monográfico dedicado a aquellos científicos que, durante años, estuvieron trabajando e investigando en el ámbito de lo paranormal (parte1,parte2).
En una interesante exposición llevada a cabo por Iker Jiménez, junto a nuestros colaboradores, Santiago Vázquez y el Dr. José Miguel Gaona aparecieron los nombres de Joseph Banks Rhine, Charles Richet y Sir William Crookes. A este insólito listado debemos sumar también el nombre de un español, José Comas y Solá, un astrónomo que se interesó por el espiritismo y que ya emergía a nivel internacional a finales del siglo XIX y principios del XX.
En estas extrañas sesiones de investigación paranormal junto a médiums, hacían su aparición distintos elementos indescifrables. Y es aquí donde entra en juego el término de hoy, la ceromancia o ceromancía.
Según el Diccionario de la Real Academia, el término procede del griego κηρός, cera, y -mancia, y hace referencia a un arte de adivinar, que consiste en ir echando gotas de cera derretida en una vasija llena de agua, para hacer cómputos o deducciones según las figuras que se forman.
Y es que la cera era utilizada como material premonitorio o comunicativo con el más allá; prueba de ello es el testimonio recogido por nuestro compañero Pablo Villarrubia, en el que Manuel Berrocal, vicepresidente de la Sociedad Española de Parapsicología, explica el procedimiento realizado en el transcurso de algunas de estas sesiones: "se colocaba una plancha de madera rellena de cera, fácilmente depresible, se dejaba en un punto concreto durante la sesión y al finalizar ésta, aparecía impreso el rostro o la mano de alguien". Esto era un fenómeno bastante usual y era interpretado como una manifestación paranormal.
Para terminar, os dejo un interesante recorte de dos personajes reconocidos por los seguidores del programa: C. Lombroso y E. Palladino.
Hasta la próxima, palabreros milenarios!!
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