Hoy os proponemos un término especialmente bello. Puede parecer el evocador nombre del protagonista de una tragedia griega o simplemente una palabra inventada por un prestidigitador, una jitanjáfora, el abracadabra del mundo de la la poesía. Pero nada de eso.
Si nos paramos a pensarlo un poco más detenidamente, podemos encontrarle una raíz etimológica y un sentido. Algo que trae a nuestra mente recuerdos espectaculares de las aguas del Nilo; algo tal que así:
Efectivamente, un lírico velero. Velívolo/a procede del latín velivŏlus y es una forma poética para aludir a un velero, que navega a toda vela.
No se puede negar, es una forma muy, muy poética. Disfrutadla, desplegad vuestras velas y dejad volar vuestra imaginación por el océano de las palabras!!
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