Desde el griego ἕτερος 'diferente' y ωνυμος 'nombre' -otro nombre- nos llega heterónimo, que el DRAE define, en el ámbito de la lingüística, como cada uno de los vocablos que forman una heteronimia, que a su vez es el fenómeno por el cual dos palabras que corresponden a dos términos gramaticales en oposición proceden de raíces diferentes.
La Academia incluye el ejemplo toro-vaca. Otras parejas de heterónimos podrían ser: caballo-yegua, chivo-cabra, carnero-oveja, jinete-amazona, yerno-nuera o fray-sor.
Tampoco hemos encontrado muchos más ejemplos pero, entre las parejas citadas, las más llamativas son aquellas en las que el género opuesto a una de las raíces iniciales tiene un significado independiente a la propia heteronimia, como es el caso de la tora [libro judío], la jineta [mamífero vivérrido] o la caballa [pez teleósteo].
¿Cuál señalaría un niño como una caballa? |
Parecido a un pseudónimo pero con un matiz diferenciador; el pseudónimo es simplemente un nombre ficticio, una firma, mientras que el heterónimo posee una personalidad propia, independiente del autor. Machado o Unamuno poseyeron sus heterónimos particulares pero el mayor y más famoso ejemplo es Fernando Pessoa, creador de diversos álter ego (Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Bernardo Soares), hasta llegar a setenta, cada uno de ellos con su propia obra poética.
¡¡Cuánto sinónimo y heterónimo suelto nos queda por descubrir!!
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